En mayo de 2012 nació el consorcio de Híbridos de Arroz para América Latina (HIAAL), gracias a una iniciativa conjunta del FLAR y el Programa de Arroz del CIAT (ahora Alianza de Bioversity International y el CIAT). Desde entonces, su objetivo ha sido facilitar el acceso de los productores a la tecnología de híbridos de arroz, mediante la investigación y las alianzas con los sectores público y privado.
Eduardo Graterol, Director Ejecutivo del FLAR, recuerda que la idea de crear el consorcio se gestó en esta institución, luego de que algunas de las organizaciones miembro decidieran invertir aportes a la investigación del mejoramiento de híbridos de arroz para América Latina. “En el HIAAL la experiencia, institucionalidad y confianza en la gestión del FLAR, se complementaron con el liderazgo científico y las capacidades para la investigación que aporta el Programa de Arroz de la Alianza”, asegura Eduardo.
Así lo destaca también María Fernanda Álvarez, coordinadora científica del consorcio desde 2017 y Líder del Programa de Arroz de la Alianza Bioversity-CIAT. “Además de financiar la investigación, los miembros del HIAAL integran una red de evaluación que cubre una gran diversidad de zonas agroecológicas de América Latina y El Caribe, lo que fortalece el avance de esta tecnología”.
Hoy con 11 países miembro el HIAAL avanza en el mejoramiento genético de líneas parentales, así como en el desarrollo de híbridos de alto rendimiento, con tolerancia a enfermedades y buena calidad molinera y culinaria. Los primeros frutos de esta cuasi década se empiezan a mostrar y, con base en ello, se planifica la continuidad del trabajo de investigación para la tercera fase del HIAAL que iniciará en 2022.
Un camino de retos y logros
La tecnología de híbridos es una alternativa genética para el incremento del potencial de rendimiento del arroz, por encima de las mejores variedades actualmente cultivadas. Esta tecnología se ha diseminado por países asiáticos, principalmente en China y la India, así como en los Estados Unidos y parte de Suramérica, entre otras regiones del mundo.
“A través del HIAAL podemos ofrecer esta tecnología (híbridos) a los productores de arroz de la región latinoamericana y así ampliar el portafolio de productos genéticos generados por nuestros socios, más allá de las semillas de variedades”, explica Eduardo Graterol.
El camino de generación de híbridos no ha sido sencillo. A lo largo de estos nueve años el HIAAL ha enfrentado diversos retos técnicos, que van desde la implementación de las metodologías para desarrollar los híbridos experimentales, pasando por las tecnologías para acelerar los procesos de mejoramiento de padres y madres de los híbridos, hasta la producción de semilla, siendo esto último fundamental para la adopción y diseminación de los híbridos.
“Uno de los desafíos más grandes ha sido identificar el germoplasma idóneo para aumentar los rendimientos y mejorar algunas características de calidad, así como obtener productos que sean ampliamente aceptados en la zona tropical y templada de América Latina y El Caribe”, dice María Fernanda Álvarez.
Álvarez agrega que el trabajo y compromiso del equipo del HIAAL también han sido determinantes para enfrentar dificultades y obtener importantes logros. El grupo que ha hecho posible el desarrollo e implementación de tecnologías que respaldan el trabajo del HIAAL está integrado por el fitomejorador James Carabalí, la ingeniera Marcela Pineda, la bióloga molecular Constanza Quintero y diez técnicos que brindan apoyo en campo y laboratorio. “El desarrollo de germoplasma de amplia base genética obtenido por nuestro grupo de trabajo ha permitido realizar un mejoramiento asistido, conseguir resultados en corto tiempo y mantener la confianza de los inversionistas”, asegura James Carabalí, quien coordina al equipo en campo.
Sin duda, el mayor avance del HIAAL y el más tangible es la liberación de dos híbridos comerciales por parte de la Federación Nacional de Arroceros (FEDEARROZ) en Colombia, cuyo registro se dio a finales de 2020.
“Esperamos que, con la entrega y uso de madres desarrolladas a partir de germoplasma de América Latina, así como las pruebas semicomerciales que llevan a cabo ADECOAGRO en Argentina y SENUMISA en Costa Rica, más socios tengan híbridos registrados en el corto plazo”, destaca María Fernanda.
Puedes ver otros avances de este grupo comprometido con el desarrollo de híbridos de calidad y gran pureza en este resumen.
Competitividad para el sector arrocero latinoamericano
Para los miembros del HIAAL el ser parte del consorcio les ha permitido acceder a una tecnología con la que esperan contribuir a la sostenibilidad y competitividad del sector arrocero latinoamericano.
Para Patricia Guzmán, subgerente técnica de FEDEARROZ, el lanzamiento de los híbridos Fedearroz H57 y H35 es el resultado de la investigación conjunta realizada con el HIAAL que les permitirá contribuir a la rentabilidad de los agricultores colombianos. “Consideramos que en el futuro vamos a tener híbridos con adaptación a los diferentes ambientes arroceros de nuestro país”, augura.
De igual manera opina Norman Oviedo, gerente de SENUMISA en Costa Rica, quien espera la consolidación de variedades híbridas de alta adaptación que “permitan acceder a otros mercados mediante acuerdos de desarrollo y comercialización”.
En Perú, según el Director de Investigación y Desarrollo de Hacienda El Potrero, Carlos Bruzzone, se han identificado dos híbridos promisorios. “Estos híbridos están siendo evaluados con diversos niveles de fertilización nitrogenada para identificar una dosis adecuada que permita mantener altos rendimientos sin que se vuelquen”.
En la zona templada, Gabriela de Magalhães da Fonseca, investigadora del Instituto Rio Grandense do Arroz (IRGA) en Brasil, destaca que uno de los principales avances con el HIAAL ha sido el desarrollo de híbridos productivos con una calidad de grano superior a los disponibles en el mercado. Gabriela agrega que “se espera que junto a la selección de híbridos del HIAAL, se incorpore en este germoplasma la resistencia a herbicidas para el manejo de malezas nocivas que afectan la producción de arroz en el estado de Rio Grande Do Sul”.
Por su parte José Terra, Director del Programa de Arroz del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria de Uruguay (INIA) y presidente del Comité Ejecutivo del HIAAL, manifiesta que pertenecer al consorcio representa la oportunidad de sumar híbridos al catálogo de cultivares generados por su institución, la cual ya cuenta con variedades de alto potencial y buena calidad como INIA Merín y un híbrido de aceptable comportamiento agronómico como INOV, desarrollado por RiceTec e INIA.
“A mediano plazo esperamos contar con otros híbridos adaptados de origen HIAAL, de alto rendimiento y calidad requerida por nuestros molinos exportadores”. Finalmente, afirma que la inversión para ser miembros del consorcio posibilita el acceso a capacidades técnicas, de equipamiento y laboratorios para “generar materiales híbridos adaptados a nuestros ambientes agroecológicos que de otra forma sería muy difícil o costoso lograr”.
Un futuro promisorio
Entre los años 2022-2023 se desarrollará la tercera fase del HIAAL. De acuerdo con María Fernanda Álvarez, en esta etapa se materializarán las nuevas combinaciones híbridas con madres HIAAL, que serán evaluadas para tolerancia al volcamiento. También, se contempla la entrega de híbridos seleccionados a partir de la utilización de un nuevo grupo heterótico de padres, desarrollados para generar altos rendimientos y con ello, consolidar la producción de semilla de híbridos de alto rendimiento.
“En estos nueve años de trabajo, el HIAAL está obteniendo los resultados esperados y estoy convencido de que, luego de que se cumpla una década de investigación y con la inversión sostenida de los socios, muy pronto veremos los mejores resultados y productos”, expone Eduardo Graterol.
De esta manera, el equipo del consorcio continuará trabajando con miras a seguir generando híbridos de calidad para Latinoamérica y El Caribe, aportando de esta manera nuevas herramientas para mejorar la competitividad del sector arrocero y la seguridad alimentaria de la región.
“El futuro que hoy dibujamos para el consorcio será el fruto de la confianza de nuestros socios y el arduo trabajo en campo y laboratorio de nuestro equipo”, concluye María Fernanda.