Cuando se trata de sostenibilidad, el cultivo del arroz enfrenta grandes retos, principalmente, relacionados con su impacto en el medio ambiente. Para hacer la transición hacia una producción más sostenible, es necesario involucrar a las partes interesadas a lo largo de la cadena de valor. Desde el agricultor hasta el consumidor final, es posible adoptar prácticas sostenibles sin detrimento de la productividad, rentabilidad y calidad.

En este camino, el FLAR se planteó como lineamiento de su Plan Estratégico 2019-2023, hacer esfuerzos para contribuir con la sostenibilidad del arroz a través de alianzas con sus miembros y otras organizaciones, nacionales e internacionales, para la investigación y el escalamiento de tecnologías que permitan una producción de arroz eficiente en el uso de los recursos y con menor impacto ambiental, sin detrimento de la rentabilidad de los agricultores.

Una de esas organizaciones es la Plataforma para la Sostenibilidad del Arroz (SRP, por sus siglas en inglés), creada en 2011 y liderada por el Instituto Internacional de Investigación en Arroz (IRRI, por sus siglas en inglés), el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP, por sus siglas en inglés), la Agencia Alemana de Cooperación Internacional (GIZ) y más de 90 miembros a nivel mundial. Desde allí se promueven un conjunto de instrumentos para facilitar la adopción a gran escala de las mejores prácticas sostenibles en el cultivo del arroz.

En un reciente trabajo publicado en Frontiers Sustainable Food Systems,[i] en el que participaron investigadores de la Universidad de Davis-California y la Universidad de Illinois en EE.UU., la Universidad Nacional Agraria La Molina en Perú, el FLAR, la Alianza de Bioversity International y el CIAT, se evaluaron ocho indicadores de desempeño de la SRP con 65 productores de arroz en Perú. Entre los hallazgos de esta investigación se encontró que, si bien la productividad y la rentabilidad del arroz se pueden mejorar sin influir negativamente en la huella ambiental por unidad de producción, es poco probable que esto ocurra a menos que se aborden los desafíos agronómicos y socioeconómicos clave, como un mejor acceso a las recomendaciones de manejo de cultivos, opciones de financiamiento y crédito, y tecnologías que disminuyan los costos de producción (White et al., 2020).

Alineado a esa necesidad de acceso a la capacitación en buenas prácticas agrícolas, el FLAR se puso en contacto con GLOBALG.A.P., el sistema de certificación mundial avalado por la SRP y que ofrece la formación de facilitadores en la evaluación de estándares e indicadores de desempeño en sostenibilidad del arroz. Así, fue posible brindar la primera de una serie de capacitaciones que permitan alcanzar el objetivo de fortalecer la agenda de sostenibilidad de arroz en el FLAR y las organizaciones que lo conforman.

Agricultura Sostenible

Agricultura Sostenible

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por su sigla en inglés), para ser sostenible, la agricultura debe satisfacer las necesidades de las generaciones presentes y futuras de sus productos y servicios, garantizando al mismo tiempo la rentabilidad, la salud del medio ambiente y la equidad social y económica.

La Academia GLOBALG.A.P. capacita a miembros del FLAR

En el mes de septiembre de 2020 se llevó a cabo el Curso técnico de entrenamiento de la Plataforma para la Sostenibilidad del Arroz, dictado por el Dr. Ángelo Lazo de GLOBALG.A.P. y el cual fue ofrecido de manera gratuita por el FLAR, que dispuso 15 cupos para sus miembros en América Latina y El Caribe. Este evento académico tuvo una duración de seis sesiones (de cuatro horas cada una), a través de la plataforma Zoom.

Eduardo Graterol, director ejecutivo del FLAR, explica que este curso se dio dentro del marco del lineamiento estratégico ‘alianzas para la sostenibilidad del arroz’, con el objetivo de fortalecer capacidades para la implementación de los estándares e indicadores del SRP en América Latina.

“La sostenibilidad debe instituirse a lo largo de la cadena agroalimentaria, de manera que no solo los productores hagan estos esfuerzos, sino también la industria, los gobiernos y los consumidores”, expone Graterol. “Es allí donde plataformas como las del SRP, las buenas prácticas agrícolas y otras, pueden contribuir a guiar los procesos de mejora de la sostenibilidad y dar mayor valor al arroz.”

Los participantes del primer curso concuerdan en que las expectativas que tenían respecto a la formación se cumplieron y son altamente aplicables en sus organizaciones, la cual era una de las metas que desde el FLAR se tenían con esta capacitación.

Karla Cordero, encargada del Programa de Arroz del Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA), Chile, considera que es importante que haya un sistema de estándares y normas para medir la sostenibilidad ya que “es una forma de incentivar e impulsar el desarrollo sustentable del sector y poner una especial atención comercial (inclusión del logo SRP) en las transacciones de arroz a nivel internacional.”

Mónica Villalobos, técnica de campo del programa de mejoramiento de Semillas del Nuevo Milenio S.A. (SENUMISA), Costa Rica, que también participó en el curso, coincide con Cordero y agrega que tener un sistema como este ayuda a mejorar la eficiencia en los procesos agrícolas y hacer un óptimo manejo de los recursos.

Para José David Guzmán, asesor técnico integral de la Federación Nacional de Arroceros (FEDEARROZ), Colombia, uno de los aspectos más relevantes del SRP es la armonía que ofrece entre la economía, el medioambiente y la sociedad debido a que “permite una mejor calidad de vida para las personas, procesos más organizados y protección del medio ambiente”.

Luciano Carmona, coordinador del programa de agronomía del FLAR y participante del curso, considera que “estos parámetros sirven para demostrarle a la sociedad que podemos producir un arroz sostenible con control de todos los procesos del sistema de producción, reduciendo al máximo la contaminación del ambiente, las emisiones de gases de efecto invernadero y produciendo un arroz inocuo de altísima calidad”. También apunta que los conocimientos adquiridos en el curso le serán de utilidad para transferirlos a las organizaciones miembro del FLAR que desean adoptar sistemas para medir la sostenibilidad.

En septiembre de 2020, la Academia GLOBALG.A.P capacitó a 15 miembros del FLAR.

Próximos pasos

De acuerdo con Eduardo Graterol, “la idea es crear una masa crítica de profesionales de la Red FLAR, con conocimientos sobre el SRP y certificados por GLOBALG.A.P. para implementarlas en empresas arroceras de sus países”. “Espero también que estos profesionales extiendan esos conocimientos en todo su ámbito de influencia”, concluye Graterol.

El compromiso del FLAR hacia el arroz más sostenible, además de incrementar las alianzas y los esfuerzos en la generación y escalamiento de tecnologías, es la documentación de esas tecnologías y sus impactos, es la manera de dar más visibilidad a estos esfuerzos y a través de sus campos experimentales y parcelas demostrativas ser una vitrina del manejo sostenible del arroz, al implementar y visualizar prácticas como la rotación y el uso de cultivos de cobertura, nivelación de suelos y  uso de sistemas más eficientes de conducción del agua del riego, uso racional de agroquímicos y fertilizantes, entre otras.

 

[i] White M, Heros E, Graterol E, Chirinda N and Pittelkow CM (2020) Balancing Economic and Environmental Performance for Small-Scale Rice Farmers in Peru. Front. Sustain. Food Syst. 4:564418. doi: 10.3389/fsufs.2020.564418