En medio de un año 2020 marcado por la pandemia de la COVID-19, que ha convertido en un desafío el desarrollo de todo tipo de actividades, incluida la agricultura, llegó una buena noticia para el sector arrocero venezolano: cuatro nuevas variedades de arroz serán liberadas en el mercado, gracias al trabajo conjunto entre el Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias (INIA), la Fundación Nacional del Arroz (Fundarroz) y el Fondo Latinoamericano para Arroz de Riego (FLAR). Libertad FL, Guariqueña FL, Barinesa FL y Araureña FL, sumarán 12 variedades de origen FLAR en Venezuela y hacen parte de las más de 80 liberadas en América Latina y El Caribe.

La doctora Rosa Álvarez, fitomejoradora del INIA y su equipo, vienen trabajando en el desarrollo de estas variedades desde su introducción como líneas en los Viveros de Observación del FLAR (VIOFLAR) de los años 2007 y 2008, que posteriormente fueron evaluadas en diferentes localidades de los estados Barinas, Portuguesa y Guárico, de allí los nombres de los cultivares.

Para Álvarez, uno de los factores más importantes para la producción arrocera es la disponibilidad de variedades, por lo que considera que con estas cuatro nuevas opciones se fortalece este aspecto. Se espera que estos materiales tengan demanda y vayan gradualmente impactando el área de siembra nacional, gracias a que poseen características que las hacen competitivas”, afirma.

Entre las características más sobresalientes que tienen estas variedades se encuentran la tolerancia al acame o vuelco, tolerancia al desgrane en campo y buena molinería en condiciones de cosecha retrasada. Además, el grano posee buena calidad industrial y culinaria.

Una alianza por el arroz

Eduardo Graterol, Director Ejecutivo del FLAR, manifiesta que este es el resultado de años de investigación sumados a un gran esfuerzo realizado por el INIA y sus alianzas con organizaciones de agricultores y del sector privado que confluyen en Fundarroz.

También, resalta el papel que las tecnologías del FLAR desempeñan para incrementar la producción agrícola en Venezuela. “Esperamos que la liberación de estas variedades contribuyan al renacer de la producción arrocera en Venezuela y que sean apreciadas por los agricultores”, dice Graterol.

Rosa Álvarez coincide y destaca que “las variedades liberadas bajo la alianza FLAR – INIA tienen el respaldo de un equipo técnico interdisciplinario, que ha trabajado de manera estructurada en la evaluación, selección, obtención de semilla genética y generación de información de manejo”. Agrega que estos datos permiten que los productores puedan ajustar el manejo agronómico y aprovechar el potencial genético de los cultivares.

Para Pedro Luis Cordero, presidente de Fundarroz, esta alianza interinstitucional es fundamental, no solo por el desarrollo de variedades sino por la investigación en híbridos, manejo agronómico, rotación de cultivos y capacitación de personal, trabajo de vital importancia para el sector arrocero venezolano.

Así mismo, resalta el hecho de que, a pesar de la pandemia y los problemas estructurales y sociopolíticos del país, los equipos de investigación del INIA, la Asociación de Productores de Semilla Certificada de los Llanos Occidentales (Aproscello), la Fundación Danac y la Asociación de Productores Rurales del estado Portuguesa (Asoportuguesa), hayan podido continuar con su trabajo. “Queremos felicitar a estos equipos de investigación y agradecer el apoyo recibido por parte del FLAR, dado que ayudan a mitigar un poco el impacto de la crisis en el sector arrocero”.