Hace un año el FLAR amplió sus fronteras e inauguró la Oficina Regional para la Zona Templada, ubicada en las instalaciones del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) en Treinta y Tres, Uruguay. Mayor interacción y seguimiento a las actividades de mejoramiento de arroz en los programas de los miembros de Argentina, Brasil (Rio Grande do Sul), Chile y, por supuesto Uruguay, han sido algunas de las ventajas de la presencia del fitomejorador Yamid Sanabria en esta zona. Sin embargo, el trabajo apenas empieza y nuevos retos se asoman en el horizonte de impacto del FLAR en el Cono Sur.
Un buen año
Si bien acelerar el proceso de mejoramiento genético fue una de las motivaciones principales para crear la Oficina Regional, el avance más importante en este primer año ha sido el acercamiento y trabajo conjunto con los investigadores de las instituciones miembros del FLAR en el Cono Sur. La constante presencia e interacción ha cambiado la dinámica del programa de mejoramiento genético para la zona templada y ha permitido realizar visitas periódicas y llevar a cabo actividades que permiten enfocar los objetivos hacia las necesidades reales de investigadores y productores.
“Estar en el Cono Sur ha facilitado conocer los programas de los socios por dentro. Cada país, cada mejorador tiene unas ideas y conocer eso de cerca le permite al FLAR ser la red que integra todo. De esta forma podemos aprovechar más la riqueza de los datos sobre el germoplasma con el que estamos trabajando”, explica Yamid Sanabria.
Cuatro países, nueve instituciones y miles de hectáreas son el área de acción de la Oficina Regional. Los miembros de ADECOAGRO en Argentina, IRGA en Brasil, INIA, FIA, FEDEARROZ, CAROZZI y TUCAPEL en Chile, ACA e INIA como socios anfitriones en Uruguay, concuerdan en señalar el beneficio que ha significado la presencia del FLAR en la Zona Templada.
Avances técnicos
Desde 2001 el FLAR estableció un programa específico para la zona templada, donde el flujo de germoplasma buscaba responder, entre otras exigencias, a la necesidad de materiales tolerantes a bajas temperaturas. “Este es un trabajo que se ha venido haciendo desde el principio del FLAR y los resultados de ahora son el producto de muchos años de trabajo conducido por Maribel Cruz y Édgar Corredor. En este año lo que se ha podido hacer es tener un lineamiento más claro sobre cómo podemos acelerar los procesos de manera que nos permitan obtener resultados más rápido y acordes a los objetivos de los programas de los socios”, explica Sanabria.
Por lo anterior, las actividades que se realizan en Colombia continúan siendo indispensables para el programa de mejoramiento genético de la zona templada. Las ventajas del trópico para el avance generacional de contraestación, el banco de trabajo, el área de cruzamientos, las evaluaciones de pyricularia y los análisis en el laboratorio de calidad molinera y culinaria son cruciales para el flujo de trabajo del triángulo conformado por la oficina principal del FLAR en Colombia, la oficina regional en Uruguay y los campos de cada socio de la zona templada.
Walter Cardozo de Argentina expresa que otro punto a favor de la forma en que se desarrolla el programa de mejoramiento del FLAR en el Cono Sur es que permite el acceso a materiales y se tiene un lugar de trabajo centralizado donde las condiciones para seleccionar son favorables y presentan climas similares a los países de esta región, así como se dispone de mayores poblaciones que hacen más efectivo el trabajo de selección de materiales de clima templado. “Empezaremos a trabajar en todas estas líneas, ya sean híbridos o variedades promisorias, en la parte agronómica y de calidad para que cuando liberemos una variedad esté analizada desde todos los puntos, desde la parte genética, agronómica y desde la parte de calidad”, afirma Laura Carbajal, agrónoma del equipo técnico de ADECOAGRO.
Esta integración entre mejoramiento y agronomía representa otra gran ventaja para el trabajo que se realiza en la región. Es así como Yamid Sanabria y Luciano Carmona desarrollan actividades conjuntas con el objetivo de complementar ambas áreas para obtener el mayor potencial del germoplasma evaluado. “El FLAR no puede solo entregar germoplasma, el FLAR como apoyo a los programas de los socios debe entregar soluciones y estas vienen de la mano de la genética más el manejo agronómico”, puntualiza Sanabria.
II Taller de Evaluación y Selección de Germoplasma
La Oficina Regional concluye un año de planeación y ahora mira hacia el futuro enfocándose en la ejecución de los planes acordados con sus aliados. El Taller de Evaluación y Selección de Germoplasma FLAR para la Zona Templada fue una de las principales actividades incluidas en el plan y que se ejecutó con éxito el 23 y 24 de febrero pasados.
Mejoradores de Argentina, Brasil, Uruguay y el CIAT participaron en este encuentro que tuvo espacio para el trabajo de campo en la Unidad Experimental El Paso de la Laguna del INIA. Los mejoradores pudieron evaluar y seleccionar materiales entre 1.500 líneas aproximadamente. El paso a seguir es enviar hacia cada país los materiales seleccionados, que serán nuevamente sembrados y evaluados en las condiciones de cada país. Este paso va a entregar nueva información para afinar los objetivos de investigación, así como definir estrategias que permitan seguir fortaleciendo el Programa.
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Perspectivas
El trabajo en el Cono Sur sigue llenando de expectativas a sus beneficiarios directos, sobre todo por la esperanza del lanzamiento de nuevas variedades adaptadas a las necesidades de cada país. Les preguntamos a algunos miembros qué oportunidades y perspectivas tienen respecto al trabajo del FLAR en la región y esto fue lo que nos contaron:
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