Agronomía y Cosecha de aguaInstitucionalesMejoramiento Genético

La apertura de la Oficina Regional para la Zona Templada en Treinta y Tres (Uruguay) es la puerta de acceso a un nuevo capítulo en la historia del FLAR: desaparecen las fronteras y Argentina, Brasil, Chile y Uruguay confluyen en un mismo territorio. Esta es la historia de un esfuerzo conjunto, producto de la colaboración interinstitucional, que sucede cuando un sector, una organización, un gobierno, un país o todos a la vez deciden apostarle al desarrollo del cultivo del arroz. 

 

El FLAR mira al sur de América

La idea de tener una oficina regional del FLAR en la zona templada no es nueva. A finales de la década del 90 el Comité Administrativo del FLAR decidió que era momento de hacer presencia en el Cono Sur de América y nombró a Marco Antonio Oliveira como subdirector administrativo para la zona templada; asimismo se contrató a Takazy Ishiy como fitomejorador del FLAR para esa región; ambos tenían como sede la Estación Experimental de Arroz del Instituto Rio Grandense do Arroz (IRGA) en Cachoeirinha, Río Grande do Sul, Brasil. 

 

Quizá fue muy temprano para el momento. El programa de mejoramiento genético para la zona templada apenas estaba comenzando, no teníamos una base genética mejorada ni tampoco el conocimiento de la región que hoy tenemos“, explica Eduardo Graterol, Director Ejecutivo del FLAR. Fue así como al poco tiempo la oficina sólo cumplía funciones administrativas y el mejoramiento para la zona templada volvió al trópico. 

 

Hace poco más de dos años el tema de un FLAR en la zona templada se puso de nuevo sobre la mesa del Comité Administrativo. “No sólo era la idea de tener una oficina regional vista como un espacio físico sino también tener presencia con el fitomejorador, con sede en la región y así darle mayor dinamismo a la relación con los miembros de esta zona“, asegura Graterol. La decisión tomó forma y en 2015 se firmó un convenio de cooperación entre el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA)-Uruguay, el Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT) y el FLAR, que formalizaba la creación de una Oficina Regional del FLAR para la Zona Templada con sede en el INIA-Treinta y Tres.

 

Pasado y presente perfecto

IMG-20160226-WA0019Aunque la estación del INIA en Treinta y Tres fue creada en 1970*, sólo fue hasta la década de los 90, con la reorganización del sistema de investigación agropecuaria de Uruguay y la creación del INIA, que recibe su denominación actual.  Entre tanto, en 1995, un grupo de instituciones arroceras de Brasil, Colombia y Venezuela, con el apoyo del CIAT, unían esfuerzos y creaban el FLAR. El INIA no fue ajeno a esta iniciativa y tres años más tarde, junto con la Asociación de Cultivadores de Arroz (ACA) de Uruguay dieron el sí definitivo de ingreso al FLAR e inicia una historia de cooperación interminable.

 

La ACA y el INIA hemos estado en el FLAR desde que empezó a circular la idea y a discutirse sobre la cuasi utopía de pensar en un programa cooperativo en el cual apareciéramos como socios e inversores de un proyecto conjunto…La historia es simple, de esfuerzo, de colaboración, de permanente búsqueda de objetivos comunes, que en definitiva eso es el FLAR”, recuerda Gonzalo Zorrilla, Director del Programa Nacional de Arroz del INIA-Treinta y Tres.

 

Los miembros del FLAR en Argentina, Brasil y Chile también hacen parte de esta ecuación de colaboración. “Junto con Uruguay estos países suman aproximadamente un millón y medio de hectáreas, que representan un tercio del área arrocera de Latinoamérica. Allí se produce aproximadamente un 35% de todo el volumen de arroz de la región”, explica el Director Ejecutivo del FLAR y agrega que gracias a esta sinergia se cuenta con 22 sitios experimentales que permiten una mayor capacidad de evaluación de materiales genéticos.

 

En esta área el CIAT ha jugado un importante rol en la historia, dado que el 60% del germoplasma de arroz que circula en América Latina está vinculado a la investigación desarrollada por este Centro, aunque según afirma Ruben Echeverría, Director General del CIAT, “si no fuera por el FLAR no tendríamos un sistema colectivo de aprendizaje regional en el desarrollo del arroz. Más que germoplasma o agronomía lo que aporta el FLAR es la institucionalidad”.

 

El FLAR ha tenido un gran impacto desde el punto de vista del mejoramiento de los materiales genéticos. Nuestros socios en el cono sur utilizan estos materiales dentro de sus programas de mejoramiento como una fuente de variabilidad genética muy importante para aspectos como el rendimiento, la tolerancia a algunas plagas, enfermedades y en aspectos de calidad de grano, además de la tolerancia al frío”, señala Eduardo Graterol mientras da a conocer la buena noticia de los ensayos en localidades de la región con 15 materiales élites del FLAR para el Cono Sur, en los que se albergan grandes expectativas.

 

Hablan los socios

Sin duda los miembros del FLAR en la zona templada son y serán los mayores beneficiarios de la Oficina Regional del FLAR. Por eso quisimos preguntarles qué representa para algunos de ellos la inauguración de este nuevo espacio con sede en la región.

 

stirlingErnesto Stirling, Presidente de la ACA – Uruguay y Presidente del Comité Administrativo del FLAR

Es un importante paso que se da, ya que con la incorporación del Fitomejorador para la zona a fines del año pasado y ahora la inauguración de la Oficina Regional se atiende un largo reclamo de los países de la zona templada. Los productores uruguayos además creemos que esto nos debe involucrar más en la búsqueda de una mejora continua de los rendimientos y calidad de los materiales aportados por FLAR. Deberá además contribuir a la ampliación de la base genética para cruzamientos con variedades locales para lograr materiales más sanos y que eleven los potenciales aportando además buena calidad, así como avanzar en el logro de variedades adaptadas a nuestro clima.

 

Mauricio Fischer, Director Técnico del IRGA – Brasil

Es un avance muy importante, principalmente por la presencia de un mejorador del FLAR en nuestro ambiente de trabajo, lo que va a proporcionar mejor y más eficiente variación en los materiales de la región. El FLAR se va a fortalecer mucho pues va a promover un proceso de integración de las entidades que trabajan con arroz en la zona templada. Va a fortalecer al FLAR y va a fortalecer a nuestra integración. Podemos tener proyectos e investigaciones mucho más integradas en los países y quién sabe en un futuro podemos tener una variedad del FLAR que sea plantada a gran escala en la región.

 

 

Gonzalo Zorrilla, Director del Programa Nacional de Arroz del INIA – Uruguay

La instalación de la Oficina Regional Zona Templada es un hito en este proceso de largo aliento que ya lleva más de 20 años en el esfuerzo continental de investigación y desarrollo tecnológico para los sectores arroceros de nuestros países. Este esfuerzo es más ambicioso porque en definitiva no solamente instala al Dr. Yamid Sanabria en INIA-Treinta y Tres y le da la capacidad para trabajar para toda la región, sino que hay una madurez en todo el entorno de los socios de esta región que nos permite pensar en que va a ser un salto cualitativo indiscutible en la posibilidad de brindar resultados concretos y a eso apostamos, tanto en el INIA, la ACA, como estoy seguro los socios en Argentina, Brasil y Chile con todas las instituciones que vamos a estar directamente involucrados con la Oficina Regional del FLAR.

 

 

Ruben Echeverría, Director General del CIAT

La inauguración de la Oficina Regional del FLAR es importantísima porque marca la cancha más grande. Estratégicamente es súper importante para el FLAR y sus miembros en la zona templada, pero además para todas las regiones donde el CIAT podría tener una mayor presencia.

 

Poyecciones de la oficina regional

Con la presencia del FLAR en la zona templada, no sólo se atiende una demanda de los socios de la región sino que también se presenta una oportunidad para aprender de la experiencia acumulada en los programas de mejoramiento genético de nuestros socios.

 

La calidad del grano, la mejora de la productividad a partir de un adecuado manejo agronómico del cultivo, la adopción de tecnologías y la reducción de los costos de producción, son algunas de las lecciones que nos enseñan los mayores exportadores de arroz en la región.

 

Creo que el mundo debe mirar cada vez más hacia la zona templada de América Latina como un ejemplo de lo que se puede hacer en investigación, pero también en términos de la organización del sector arrocero a través de los gremios de agricultores y  a través de instituciones de investigación enfocadas hacia unos objetivos comunes y una metas claras”, concluye Eduardo Graterol.

 

Autoras: Alejandra Crespo y María Ximena Escobar – Comunicaciones FLAR


 

* En 1970 a partir de un cambio conceptual en lo que respecta a la regionalización de la investigación agropecuaria y capitalizando el esfuerzo realizado dentro del llamado “Proyecto para el desarrollo de la cuenca de la Laguna Merín”, se crea la Estación Experimental del Este, como dependencia del Centro de Investigaciones Agrícolas Alberto Böerger. En 1990, con la reorganización del sistema de investigación agropecuaria del país y la creación del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria, pasa a formar parte del mismo y recibe su actual denominación. (Tomado de http://inia.uy/estaciones-experimentales/direcciones-regionales/inia-treinta-y-tres)