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Fuente: El Observador

07/07/2017 – El precio provisorio para el arroz de la zafra 2016/2017 quedó más de un dólar por bolsa por debajo del valor de equilibrio que estiman los cultivadores. Las perspectivas del mercado internacional son positivas pero esto no será suficiente para dejar los números empatados si no hay ajustes del proceso industrial y, especialmente, algún tipo de reducción del peso de la canasta energética sobre el sector.

El jueves 29 de junio los productores aceptaron el precio provisorio ofrecido por los molinos que integran el convenio manifestando su disconformidad y reclamando a la industria “realizar las restructuras necesarias” acorde a la situación de crisis del sector. 

El precio fue de US$ 9 por bolsa más un adelanto de la industria por US$ 0,30. El monto de la devolución de impuestos fue equivalente al descuento para pagar los fondos sectoriales tres y cuatro.

El valor fue prácticamente igual al de un año atrás, con la diferencia de que el ingreso neto fue superior en esa oportunidad porque la devolución de impuestos fue mayor al descuento para pagar solamente el fondo arrocero tres. 

Para el ciclo 2015/2016 el precio definitivo fue de US$ 10,25 por bolsa. Y para la zafra 2016/2017 la Asociación Cultivadores de Arroz (ACA) estimó un valor de equilibrio de US$ 10,64 por bolsa, tomando un costo promedio de US$ 1.830 por hectárea, con un rendimiento medio de 172 bolsas por hectárea. 

La gremial de cultivadores destacó que el precio de exportación logrado por lo comercializado de la actual zafra –37% de la producción– era de US$ 467 por tonelada. Un año atrás –con el 14% vendido– el precio promedio era de US$ 440 por tonelada. En este caso se excluyen el precio de las ventas correspondientes de la zafra previa (2014/2015). 

Es así que la mejora en el ingreso por exportación fue neutralizada por el incremento del costo industrial proyectado para la actual campaña. 

Es con este escenario que los productores apuestan a obtener mejoras en el precio, no solamente de lo que provea el mercado externo, sino de un ajuste en los costos y márgenes de los molinos, y de lo que pueda obtenerse de rebajas en el costo energético. 

 

En la declaración de la asamblea extraordinaria de la ACA los productores instaron a la directiva a retomar la revisión del contrato y exhortaron a la industria a mostrar “una mayor voluntad negociadora” de manera de “lograr una situación más equilibrada para las partes”. 

Básicamente, los productores destacan que el contrato asegura un margen para la industria cuando ellos no lo tienen. Consideran que hay margen para el ajuste en la estructura y costos internos de los molinos que modere el costo industrial. No está sobre la mesa pedir que se industrialice menos arroz para así restringir el peso del agregado de valor. 

Tanto en la industria como en buena parte de los productores se sabe de la vulnerabilidad de competir con volúmenes más amplios de arroz cáscara frente a otros destinos. 

En la industrial, manejan un incremento de 7% en el costo respecto a la zafra anterior, con una mejora en el dólar de 3% a 4% en el promedio de ambas campañas. 

Si bien conceden que las perspectivas del mercado internacional son mejores que un año atrás, prefieren ser cautos a la hora de elevar el objetivo de precios. Si bien en Estados Unidos –uno de los principales competidores– cayó fuertemente el área, las ayudas de la ley agrícola (Farm Bill) pueden generar una oferta importante durante la cosecha, entre setiembre y octubre, que presione negativamente sobre los precios. 

En ACA tienen una visión más positiva sobre lo que puede mejorar el mercado internacional. Señalan que con el 37% de la producción negociada el precio obtenido fue de US$ 467 por tonelada contra el valor promedio de US$ 475 por tonelada del ciclo anterior. Se aclara que en valor manejado para la definición del precio no se incluyeron negocios cerrados posteriormente a valores más altos. 

En los últimos meses se ha dado una valorización en los precios de los principales mercados asiáticos de la mano de una mayor demanda y por la liquidación de los stocks que arrastraba Tailandia. Sobre mediados de junio, los precios FOB de exportación de Tailandia y Vietnam llegaron a los niveles más altos desde 2014. Influyó la fuerte demanda desde Filipinas, que necesita importar grandes volúmenes ante los reducidos stocks externos. 

 

A eso se sumaron los graves problemas productivos en Bangladesh y más recientemente en Sri Lanka, que dispararán sus necesidades de importación. 

Al cierre de junio, el índice del portal Oryza.com sobre el valor FOB promedio de los principales países exportadores cerró en US$ 458 por tonelada, un valor US$ 56 por tonelada superior a 2016. 

En el último reporte de oferta y demanda, el Departamento de Agricultura de EEUU (USDA, por su sigla en inglés) proyectó que la producción estadounidense de arroz grano largo –el que compite con Uruguay– caerá 14,7% en 2017/2018 frente al ciclo anterior. 

En el informe sobre área del 30 de junio, el organismo manejó una superficie sembrada de esta variedad de 762.455 hectáreas, una caída de 22,85% respecto a la campaña anterior. En tanto, la proyección sobre área a cosechar es de 736.554 hectáreas, una cifra 24,3% inferior a 2016/217. 

En los últimos meses los precios del arroz estadounidense procesado han estado claramente por encima de los valores de Uruguay y de Argentina. Solamente ha logrado un embarque a Irak gracias a la presión diplomática de Washington sobre Bagdad. 

En los negocios de arroz cáscara ha podido aprovechar su mejor condición de acceso en un mercado en el que Uruguay no compite en grandes volúmenes. Resta por ver cuál será el volumen final de la zafra y si los productores tratan de maximizar el precio de una producción menor al año pasado. 

En lo que va de la zafra, la demanda de Perú y México se ha incrementado respecto a un año atrás, mientras las ventas a Brasil solamente se han moderado luego del fuerte empuje de la zafra pasada. De acuerdo a los datos de Aduanas, desde el 1° de marzo al 28 de junio, las solicitudes de exportación de arroz a Perú llegaron a 63.100 toneladas, un volumen 60% superior a igual período del año pasado. La menor oferta doméstica en Perú se ha traducido en mayor demanda y con menos costo de importación. 

En ese país se fija el derecho específico en base al precio del arroz en Tailandia. Y gracias al incremento de precios en el exportador asiático, el derecho específico que cobra Perú a la importación de arroz bajó a solo US$ 14 por tonelada en junio. 

 

Entre el 1° de marzo y el 28 de junio, las solicitudes de exportación a México llegaron a 48.100 toneladas, más que duplicando las 19.580 toneladas de igual período del año pasado. 

A Brasil, las solicitudes de exportación totalizaron casi 60 mil toneladas, una caída de 17% respecto a igual período del año pasado. A pesar de la fuerte recuperación de la producción doméstica brasileña, ese mercado sigue demandando variedades de mayor calidad como las que produce Uruguay, aunque hay que ver cómo incide el salto en el dólar en ese país. 

Al cerrar junio los operadores locales esperaban por una nueva licitación desde Irak luego que Saman ganara un negocio de arroz con Cuba por casi 30 mil toneladas. El mercado se mueve y puede dar oportunidades aunque no está asegurado que se consolide una recuperación sostenida. 

Tomando en cuenta una mejora del valor de exportación en los próximos meses, el conjunto del sector debería sumar esfuerzo y creatividad en lograr principalmente bajas en el costo de los combustibles y energía eléctrica ante el gobierno.

La influencia de la canasta energética en la producción

 

La Asociación Cultivadores de Arroz (ACA) estimó que del precio de una bolsa del cereal 40% corresponde a la llamada canasta energética, en la que influyen tanto los costos directos de los productores y los molinos como el del transporte del producto a través de los fletes. 

Estimaciones de algunos industriales indican que una disminución de 10 puntos en el peso de esta canasta energética podría significar alrededor de US$ 0,50 por bolsa. La reciente rebaja en el precio del gasoil dejó el precio del combustible en igual nivel que un año atrás. 

Los arroceros han impulsado desde enero pasado la posibilidad de liberar la importación del gasoil, lo que reduciría en casi 30% el precio del combustible respecto al valor actual. Por otra parte, los dirigentes de la ACA han hecho gestiones ante el gobierno y UTE para rebajar el costo de la electricidad. Esta empresa pública es la que más está haciendo aportes a Rentas Generales –el doble que ANTEL, que es la otra empresa que contribuye–, lo que limita su capacidad de rebajar las tarifas. Sin embargo, se podría avanzar en términos de eficiencia. Por ejemplo, coordinando para proveer energía más barata cuando es menor el nivel de demanda.