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Fuente: Cinco Días

17/11/2015 – Siempre que se reunían, Gyanesh Pandey, Ratnesh Yadav y Manoj Sinha, recordaban los días de su infancia en los años noventa cuando vivían sin electricidad en una zona rural del Estado de Bihar, en el este de India.

 

Tras décadas de pocos cambios, los tres amigos prometieron llevar energía limpia a las regiones no conectadas a la red. Se centraron en la cascarilla del arroz, un producto de desecho que se genera ampliamente cuando se procesa el arroz, para utilizarlo como combustible.

 

Los emprendedores diseñaron una planta generadora de energía a partir de la cascarilla del arroz, con una capacidad de 30 a 35 kW que suministraría electricidad durante 5 a 7 horas a 400 hogares en un radio de 3 km.

 

Con el lanzamiento de su empresa inicial Husk Power Systems (HPS) en 2008, proporcionaron a los clientes dos bombillas fluorescentes compactas (LFC) y una unidad de carga portátil por 150 a 160 rupias al mes. Medidores inteligentes de prepago les permitían pagar más, si utilizaban electricidad adicional.

 

Para 2014, los clientes de HPS empezaron a exigir electricidad 24 horas al día, siete días a la semana. Innovando en la tecnología, los emprendedores combinaron biomasa y energía solar en una unidad de sincronización híbrida. Los clientes ahora recibirían electricidad generada en celdas solares durante el día, y a partir de cascarilla de arroz después del anochecer.

 

Con el fabricante estadounidense de celdas fotovoltaicas First Solar como inversionista estratégico, HPS abrió su primera unidad híbrida en Manjhariya, en el distrito de Motihari en Bihar, en septiembre de este año, y hay más en proceso.