Fuente: El Comercio.com
30/06/2012
– Francisco Barzola cortó por accidente una rama del árbol de nim que cayó en su parcela de arroz. Como estaba por oscurecer -y la rama flotaba en un poco de agua- decidió retirarla al día siguiente.

Al amanecer encontró solo el pedazo de rama y sin ninguna de las abundantes hojas verdes que cayeron. En la orilla, cerca de la rama había un ‘cementerio’ de caracoles. Al acercarse a ellos ya no cerraban la concha, como lo hacen usualmente para protegerse.

Luego de varias investigaciones se comprobó que aquella planta resultaba atractiva al paladar del molusco, pero a su vez era capaz de envenenarlo.

De ello hace un mes y medio, y ahora es la forma empírica como Barzola combate el caracol manzana, que no le permitió tener una siembra normal en invierno.

Prácticamente devoraron sus plantas tiernas y no obtuvo cosecha en el recinto Cascol (Daule). “Nada de agroquímicos ni buscar asesoría extranjera, de esta forma podemos combatir la plaga. De forma natural y barato”, destacó.

En otro lugar, a unos 5 kilómetros de allí, unas parcelas demostrativas siguen su curso bajo el control de agricultores y autoridades del Gobierno.

Interviene personal del Instituto Nacional Autónomo de Investigaciones Agropecuarias y la Agencia Ecuatoriana de Aseguramiento de la Calidad (Agrocalidad). En el lugar se realizan pruebas con la aplicación de un molusquicida que mata al caracol, pero aún no se conocen si hay efectos secundarios, que afecten a la producción y el ecosistema.

Los resultados se conocerán después de tres o cuatro meses. A criterio de Julio Carchi, presidente de la Junta de Riego del Plan América Lomas, eso es mucho tiempo. “El agricultor no puede esperar a la cosecha de verano para que le digan si tuvo buena o mala cosecha”, expresó.

 De allí que anunció que a escala gremial buscan financiar la visita de un entomólogo y un fitopatólogo de Estados Unidos y Filipinas. En este último país controlan la plaga del caracol, que apareció en 1994, en los cultivos.

Álex Ronquillo, coordinador de la Asociación de Productores de Arroz de Daule (Aproad), cree que en el mercado interno existe oferta de productos orgánicos para matar al caracol a bajo costo. Solo que el productor es reacio a experimentar otros productos, que no sean los químicos.

Y destaca que es esencial aplicar prácticas de recolección de huevos de caracol, pero pocos lo hacen para evitar su expansión.