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Fuente: El Diario

07/12/2015 –  Las bodegas de las piladoras de la parroquia Charapotó están atestadas de arroz. En esos lugares ya no entran más sacos.

 

Estuardo Rivadeneira, arrocero de la comunidad Nueva Esperanza de Rocafuerte, indicó que desde hace dos semanas las piladoras, que son quienes les compran el producto, empezaron a bajar el precio de pago, al punto que un quintal de arroz “corriente” lo cancelan en 36 dólares y el denominado “grano largo” o calidad triple A vale 40 dólares, lo cual, dijo, es muy bajo.

 

Hace dos meses el corriente llegó a 40 dólares y el grano largo a 46 dólares.
 
Lo peor de todo, indicó, es que por ahora no compran a ningún precio, aparentemente porque los comerciantes de Portoviejo, Manta o Quito, que llegan a abastecerse a esta zona, dejaron de comprarles.
 
Ante esa situación no les queda otra opción que dejar el arroz fiado y solo cobrarán cuando los comerciantes foráneos lleguen con dinero a adquirir el afamado producto.
 
Ramón Saldarreaga dijo, por ejemplo, que no pueden pagar a los jornaleros que se encargan de recolectar el grano en las parcelas. “Por ahora nadie quiere comprar arroz, ni porque se lo demos fiado”, mencionó.
 
Los arroceros señalaron que han intentado vender el producto en la Unidad Nacional de Almacenamiento (UNA), pero según Rivadeneira, allí por ahora tampoco están comprando.
 
José Mero, representante de la piladora Cristo Rey de Charapotó, indicó que allí ya no hay espacio para más sacos. Explicó que los comerciantes o intermediarios manabitas encontraron una mina en la provincia de Guayas, donde el quintal de arroz lo compran en 34 dólares y así obtienen un alto margen de ganancia, pues recordó que al consumidor final una libra de arroz le cuesta 55 centavos, es decir 55 dólares el quintal. 
 
Mero dijo que en Guayas el arroz es más barato porque la producción es inmensa y eso permite abaratar costos, también que eso incide en la calidad del producto y aseguró que el “arroz charapotó” es mucho más sabroso que el guayaco. 
 
Ferdinand Palma, de la piladora Luis Miguel, considera que las pocas ventas tienen origen en la falta de circulante que sufre todo el país.
 
Entonces, entendiendo el mercado actual, para dinamizar las ventas en las piladoras están vendiendo arroz hasta por fundas de cinco libras. Allí el quintal de arroz al consumidor final le cuesta 40 dólares.
 
Así, en medio de ese panorama, los agricultores arroceros anuncian que vendrán días peores.