Fuente: Radio Santa Cruz
26/06/2011 – 
Estrella Álvarez Carrazana es la única mujer dentro del colectivo de parceleros -productores de arroz- en Santa Cruz del Sur. Por decisión unánime la convirtieron en su líder, siendo la responsable de transmitir inquietudes y gestionar las cosas que se requieren para el trabajo.

El deseo de producir para darle al país más respiro, es la principal intención de estos santacruceños intrépidos, “y aunque quiten de la libreta de abastecimiento el arroz, porque haya suficiente en los mercados, nosotros, los sembradores del Reparto Fernando del Toro, no abandonaremos nuestras parcelas”.

Esta santacruceña, que sobrepasa los 60 años, mantiene las pilas cargadas, es de andar rápido, le encanta conversar, brindar un buen café, y recordar sus inicios en la siembra del cereal. “El patio de mi casa lo tenían los vecinos para jugar pelota, al dejar ellos de venir decidí a cuenta y riesgo sembrar hierba en un espacio no muy grande, cada vez que la chapeaba se la iba regando, eso le fue dando fertilidad al suelo”. 

Preparada las condiciones, sembró algunas semillas para experimentar, recogiendo llegada la maduración, una lata de arroz, “me embullé y dejé listos cinco cordeles. La ayuda del padre de mis hijos, siempre ha sido provechosa, podía tirarme un cabo cuando salía del trabajo, pero al jubilarse el apoyo creció y nos extendimos hacia el playazo.”

La vista se pierde entre el verdor de los sembradíos cubiertos de agua, protegidos por toscos muros, carceleros naturales de las grandes y medianas represas, donde crece el alimento más bienvenido a la mesa cubana. El primordial líquido les llega por estrechos canales.

La distribución la aprobamos entre todos, cada dueño tiene derecho a recibir agua en sus plantaciones, durante dos días con dos noches. Cada reservorio tiene una entrada y una salida, y al concluir el servicio se coloca en esos puntos un pedazo de teja de fibrocemento para mantenerlos totalmente húmedos”, comenta diligente Félix Sifonte Rodríguez, la mano derecha de la audaz Estrella.

Esta maravilla del quehacer humano, tiene el ingenio y el encanto autodidacta puestos a disposición de la técnica agrícola, en batalla, tras batalla, con cálculos muy alejados de estudios universitarios, pero sí fortificados en el aporte cotidiano para darle sustento merecido a los seres más amados, y a la comunidad, donde estos productores residen.

Hemos recibido certificados de los Comités de Defensa de la Revolución, al lograr un patio de referencia a nivel municipal y provincial y posteriormente destacarnos en esta parcela productiva”, afirma Álvarez Carrazana.

El engaño a los gorriones se hace ineludible, para ello ponen sacos encima de los postes clavados en medio de estas represas o cercándolos con cinta de casetes de videos inservibles. “Cuando le da el viento hacen un ruido intenso y los rayos del sol incrementan su brillo, eso aleja a los pájaros”, revela Félix.

Cuando en etapa de seca o primavera comienzan las siembras, ya lo semilleros tienen más de 20 días, o el mes. “Es la oportunidad de iniciar la siembra de mota. Todo tiene su encanto. Antes de la primavera las maticas se siembran juntas para que ahíjen mejor. Al llegar las lluvias se cultivan bastante separadas para que no se fogueen. Esto quiere decir que si echan más hijos de la cuenta, rinden menos”, afirma la carismática Estrella

Guillermo Sifonte Álvarez se ha embullado a sembrar, ha consolidado un hogar y quiere seguir lo aprendido de sus progenitores. Tiene el propósito de mejorar el patio, cercarlo, y echarle tierra vegetal. “Tengo un pedacito de arroz sembrado y algunas plantas de tomate… este es el inicio. Es algo que me he propuesto como cederista. Desde hace rato soy donante de sangre y lo seguiré siendo”.

La vida mía es trabajar, me siento satisfecho de ayudar al pueblo, de ser útil en mi casa. Lo que hacemos requiere de sacrificio y aunque el almanaque no está a nuestro favor hay una cosa clara, si los viejos que estamos en esto nos sentamos, es peor. Hay jóvenes participando en la siembra del arroz y otros, seguro, van a incorporarse, las cosechas estimulan a cualquiera”.

Llena de bondad está la madre tierra, aunque esté cargada de salitre, sólo es cuestión de saberla atender, agradeciéndole luego sus aportes.