Fuente: La Nación
20/07/2010 – Está claro que los vientos de crisis golpean los cultivadores de arroz del departamento del Huila ante la baja en la producción; sin embargo detrás de esta situación existe una plaga, una bacteria de mayúsculas proporciones, que no ha podido ser controlada, ni se tiene una contra que detenga su accionar.

De hecho, determinar qué lo producía fue una tarea ardua y dispendiosa. Primero se creyó que era un ácaro, ser micro-orgánico que se asienta sobre la planta e impide su desarrollo, y ahora parece se tiene claro que es producto de algo que los técnicos denominan stress climático, producido por los cambios certeros de temperaturas que ha sufrido el departamento en los últimos meses.

Sea cual sea la razón, lo cierto es que no se tiene claro cómo atacar la plaga pero sí cómo evitarla.

Hasta hace apenas dos meses se creó una comisión interdisciplinaria de profesionales del ICA y Fedearroz para analizar fitosanitariamente la bacteria y así experimentar un método de control; sin embargo esta aún no da resultados concretos.

Mientras esto sucede, los cultivadores recurren a prácticas ocurrentes que no dan ningún resultado positivo. Formol, cal viva, ácido clorhídrico, Alka Seltzer, entre muchos otros productos, han sido utilizados por los cultivadores para controlar la bacteria; una acción producto del desespero por no perder las cosechas.

Y es que además de ser un panorabma desesperanzador para muchos, los arroceros hacen mal manejo de sus cultivos, que según la Federación Nacional de Arroceros, es hoy una de las principales causas de la expansión de la plaga.

El gerente de la Fedearroz, Rafael Hernández, manifestó que las buenas prácticas agrícolas y el mejoramiento en el manejo integrado del cultivo permitirán un óptimo rendimiento en la producción.

El estrés generado en la planta por el cambio climático y las altas temperaturas a las que es sometido el cultivo, ameritan un protocolo especial que nace desde la misma preparación del suelo.

Y es que la gran contradicción ante la problemática presentada es, según el dirigente gremial, que los agricultores creen que la solución es atacar la bacteria una vez ha afectado la planta y no antes.

De ahí la utilización de productos poco efectivos, incluso de plaguicidas que supuestamente atacan la bacteria y representan altos costos para la producción pero que no atacan el problema.

El último que ronda en el departamento y que supuestamente es efectivo contra la plaga se llama Starner, un producto importado del Ecuador de contrabando que no cuenta con registro ICA y que en ese mercado se consigue a 20 mil pesos, pero ante la necesidad de los agricultores está siendo vendido hasta en 110.000 pesos.

Por eso la recomendación es no sólo seguir las recomendaciones de la Federación sino también asesorarse de personal capacitado en el tema, incluso, solicitar la asesoría directa de Fedearroz, que dispuso en cada regional un equipo de agrónomos encargados de acompañar los cultivos.

Cómo se produce la bacteria y sus efectos

De acuerdo con estudios realizados por la entidad gremial, la bacteria se produce por un déficit de agua.

El cambio climático es sin duda el gran responsable, el cual ha sometido a temperaturas extremas el cultivo. De acuerdo con la entidad, el intenso calor y la irregular lluvia, generan un déficit hídrico que el riego no suple ya que la raíz de estas plantas no alcanza a absorber el suficiente líquido para su desarrollo.

Esto genera que la planta sufra un stress muy fuerte que afecta su desarrollo y crecimiento y que la hace susceptible del contagio de agentes patógenos como plagas u hongos, lo que a su vez reduce la producción.

Lo que más se afecta es la panícula, cuyo tamaño y fecundidad depende del clima y los nutrientes. Las temperaturas fecundan de forma temprana las flores produciendo vaneamiento y granos deshidratados que maduran en la mitad del tiempo afectando el peso, pues las espigas no cumplen el proceso de llenado del grano completo.

En otras palabras, la vaina u hoja de la planta se mancha y los granos alojados en la espiga, se desarrollan a medias, arrojando la mitad del peso normal.

Cómo van las investigaciones

El Instituto Colombiano de Agricultura, ICA, apoyado por el Centro Internacional de Agricultura Tropical, Ciat, y Fedearroz, iniciaron una investigación arrancando por el Tolima “para la búsqueda de resultados muy puntuales que permitan tener derroteros claros para enfrentar la problemática del arroz y determinar las acciones a seguir. Todo bajo criterios técnicos y evitar así la especulación sobre el uso de productos”, manifestó el gerente de la entidad en el Huila, Tito Alberto Suárez.

Hasta el momento científicamente no se ha determinado por ahora una cura para la bacteria  y “para ello se conformó el grupo interdisciplinario”, agregó.

Los resultados de la investigación determinarán acciones que serán comunicadas de inmediato al gremio y a las secretarías de Agricultura para adoptar los correctivos.

El gerente de la entidad agregó que a nivel regional el ICA ha desarrollado visitas a zonas de afectación como Villavieja y Campoalegre, donde se han capacitado a los cultivadores, insistiendo en las buenas prácticas agrícolas, como el reposamiento del suelo, la variedad de cultivos, entre otros, y el uso de semillas certificadas.

Manejo Integrado del Arroz

Para desarrollar el manejo adecuado del cultivo, la entidad gremial estableció siete pasos.

El primero tiene que ver con la preparación del suelo como paso fundamental en el éxito de la producción. Para ello hay varias recomendaciones, pero quizá la más importante es establecer una rotación en el cultivo que permita oxigenación y entrada de agentes patógenos capaces de darle mayor fertilidad a la tierra.

Segundo, mezclar fertilizantes orgánicos e inorgánicos que le den mayor rendimiento al cultivo.

Tercero, realizar una buena compactación del suelo a través de la labranza, para aumentar la capacidad de retensión de humedad y disminuir la erosión del suelo.

Cuarto, nivelar el suelo y hacer un buen trazado, en lo posible en farallones, para conservar el agua encajada.

Quinto, utilizar variedades de arroz de acuerdo con el tipo de cultivo y a la temperatura ambiente. Para ello es necesario tener en cuenta que la semilla sea certificada por el ICA y Fedearroz.

Sexto, aplicarle tricoderna a la semilla para eliminar algunos patógenos y darle mayor rigor a la planta.

Y séptimo buscar la asesoría suficiente para la utilización de agroquímicos durante la cosecha, pues a veces estos atacan hongos y bacterias que son benévolas para la producción.