Fuente: eluniversal.com.co
05/09/2011
– Más de mil hectáreas de arroz sembradas en la región de Ayapel y San Jacinto del Cauca (Bolívar), quedaron bajo el agua por las fuertes inundaciones en la zona.

Según el cultivador Julio Miranda Pupo, la mayoría de los campesinos se  endeudaron con el Banco Agrario y no alcanzaron a recolectar un mínimo del producto que les permita recuperar por lo menos la inversión y pagar el crédito.

Explicó que para transportase del sector de Los Arrastres, en Johnson, hasta Ayapel gastan 8 horas y los costos del transporte son elevados.

Dijo que para cultivar una hectárea de arroz hay que invertir un millón 500 mil pesos en semilla, arado y venenos y que la recolección este año por hectárea fue de  30 bultos, cantidad que no alcanza para recuperar lo invertido.

Sostuvo que esos 30  bultos de arroz pesan aproximadamente dos toneladas que cuestan en el mercado un millón 800 mil pesos, sin meter los gastos del tiempo de productor, la combinada, el arreo del cultivo y el transporte que equivale a 3 mil pesos por bulto hasta Ayapel que es el punto más cercano porque si deciden venderlo en San Marcos o en Magangué los costos se triplicarían.

Señala que hasta allí no llega la lista de gastos. Para subir los bultos de arroz al carro toca pagar 400 pesos por cada uno a los denominados braceros y desde Ayapel a Caucasia un vehículo está cobrando 30 mil pesos por tonelada.

Con ese panorama económico los cultivadores de arroz de la zona rural de Ayapel se declararon en quiebra y peor aún con la incertidumbre de un futuro con una ola invernal aún más intensa de la que no han logrado recuperarse.

Obra urgente

Los campesinos de la zona pidieron al Gobierno tomar medidas urgentes para solucionar el grave problema que viven los cultivadores de la región.

Según Gregorio Monterroza, campesino de la región de Caño Pescado,  necesitan ayuda para cultivar de nuevo ya que eso es lo único que saben hacer. No tienen alambre, ni alimentación y de lo único que viven ahora es de la pesca.

También dijo Monterrosa que no pueden cortar madera porque el fango le da al pecho y si el río Cauca sigue echando agua por lo rompederos de Santanita, Cara de Gato, Potrero Nuevo, Laredo, Nuevo Mundo y Pedro Ignacio, que son los sitios más vulnerables en la actualidad, la situación será más crítica y estarán en riesgo 163 mil hectáreas de humedades.

Anotó que en la región de Caño Pescado cerca de 100 cultivadores perdieron todo por cuenta de una larga inundación que jamás había visto en sus 60 años de vida.

Luis Núñez, otro campesino de la zona, expresó que perdió todo. Tenía 10 reses y cuatro bestias y también se las llevó el agua. “Los animales se están muriendo de hambre en esta región porque pasto no hay y tampoco comida para la gente”.

Insistió en que están perdiendo la fuerza de vivir si el Estado no los oxigena con ayudas urgentes y una de ellas sería el dragado del río para evitar la prolongada inundaciones en la que están desde hace cerca de ocho meses.

Consideran que se han dilapidado los recursos del Estado tratando de buscar una solución al problema y no se ha logrado mientras que 200 mil personas están en la ruina por el fenómeno.