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Fuente: La Capital

23/07/2017 – El presidente de la Cámara de la Industria Arrocera de la República Argentina Federico Gadea, volvió a reclamar ante el fuerte impacto en el movimiento socio económico regional, que viene produciendo la caída de la producción de arroz en nuestro país y su proyección hacia una situación que no logra revertirse.

 

El dato no es nuevo, ya que profundiza una crisis que lleva más de 5 años en todo el sector, con la particularidad que en el último período, se ha ido agravando hacia toda la cadena y su contexto.

 

Hace un mes, la Cámara advirtió que la problemática está centrada en una crisis de competitividad que se disemina hacia la producción, la industria y fuentes de trabajo, con un fuerte achicamiento del segmento y la salida de producción de importantes actores de la cadena arrocera.

 

“Hace falta un ajuste en los costos, los impuestos y la alta carga impositiva que van desde la elaboración y mano de obra, hasta la logística y transporte”, reconoció Gadea agregando que se está reclamando ante los gobiernos provinciales y el ministerio de Agroindustria de la Nación, para que se logre un ajuste en los reintegros a las exportaciones que impulse un equilibrio de costos.

 

“Este reintegro fue pedido por un 12 y nos han respondido con un 2 %. Como si fuera poco, se nos está haciendo difícil de cobrar y es tan poco que no soluciona nada” enfatizó con enojo Federico Gadea.

 

“Vivimos años muy críticos, con caídas permanentes y la imposibilidad de subsistencia de industriales, así como también, pequeños y medianos productores”.

 

Gadea, reconoce que toda la cadena -producción, industria, comercios- se está desarmando desde los eslabones más débiles para arriba.

 

“La realidad indica que la competitividad a causa de los costos internos, no se ha logrado”, y agrega que “el costo argentino implica altos valores para producir un commoditie con precio internacional en el mercado”.

 

En la ecuación, la Cámara de la Industria Arrocera de Argentina, reconoce que desde hace mucho tiempo la competencia con otros lugares nos ha dejado afuera del negocio; netamente por condiciones de costos.

 

“Argentina atraviesa una crisis muy grande, la inflación en pesos es muy alta y se traduce a una inflación en dólares muy elevada. Es difícil competir cuando poner un contenedor de arroz en un barco, desde nuestro país sale 120 dólares; conto U$S 80 que cuesta en cualquier país vecino”, sintetizó Gadea explicando que muchos productores han abandonado la actividad porque se cansaron de perder plata.

 

Pocas Alternativas

En el año 2008 el 70% de la cosecha era producida por pequeños y medianos productores y el 30% era originado por empresas Agroindustriales. Esta pirámide se ha ido invirtiendo a lo largo de estos años debido a la falta de rentabilidad de los pequeños productores. La industria incrementó su originación para poder abastecer sus molinos, y en la actualidad se puede estimar que el 70 % de la cosecha está en manos de la industria y el 30% en manos de agricultores medianos o chicos.

 

La estadística figura en los datos que tiene la provincia de Santa Fe y ha impulsado -a la misma- a buscar alternativas para el cultivo, su problemática y otros factores técnicos que pasan por la genética de variedades, la fertilización y el control de malezas.

 

Este mes, el ministerio de la Producción Santafesino, anunció el ingreso al mercado de una nueva variedad denominada Pucará, que se caracteriza por su adaptabilidad al clima, rusticidad y calidad de los suelos.

 

“Cuenta con la genética de países tropicales, y se caracteriza por el formato eréctil de la hoja que le permite captar mejor la luz solar, como rasgo determinante para una futura calidad del grano. El resultado, es un 80 % de aprovechamiento de la energía lumínica y un mayor rendimiento a menor costo”, comentaron los técnicos del INTA y el Centro Operativo de Investigación y Extensión del Cultivo del Arroz de San Javier.