Fuente: El Nuevo Diario.com.ni
21/02/2011 –
 La lucha de los arroceros ha llevado años y, según dicen, aún faltan muchos más para que Nicaragua pueda ser autosostenible. Pese a esta realidad, saben que el arroz es un cultivo de gran potencial y toda una tradición para los más de 17 mil productores dedicados a su labranza.

Son las cuatro de la mañana. Con una taza de café amargo, Alberto sale a la palomera que da la bienvenida a su casa, pasa revista al campo que tiene un verde apenas visible, pues tan sólo el brillo de las estrellas ilumina el terreno. Deja la taza sobre una mesa hecha con una madera pesada, fuerte, difícil de mover y toma el radio que lleva sujeto al bolsillo izquierdo.

Pedro, Pedro. En media hora te veo en el pozo tres. Hay que buscar la manera de echar a andar el motor antes que amanezca”, se escucha la voz de Alberto como un eco que parece inundar las 68 manzanas que tiene a su alrededor.

Copiado, copiado”, es la corta respuesta de Pedro, quien trabaja desde hace 18 años con Alberto Campo en sus parcelas de riego.

Esta es la nueva forma de comunicarse. Ahorran tiempo y energía. Aunque parezca muy sencillo, el uso de radio es parte de la tecnificación que los productores de arroz empezaron a implementar hace algunos años como parte de una gran meta, rescatar la producción arrocera.

Todo inició en el año 2001, al nacer el Programa de Apoyo al Productor Arrocero, conocido como PAPA. Este proyecto dio inicio ante la necesidad de ordenar el mercado del arroz existente en Nicaragua. Otro motivo que impulsó a entidades estatales relacionadas al sector agrícola y comercial, campesinos e industriales, fue la escasa producción que se obtenía en ese momento y el acelerado incremento de las importaciones del grano blanco.

Según Wilfredo Bejarano, de la Asociación Nicaragüense de Arroceros, Anar, dicho programa inició a partir de la alianza estratégica entre los industriales y productores arroceros, para que se acabaran las pugnas que existían al momento de las transacciones compra-venta entre el comprador y el productor, con esto se trató de combatir con un modelo de ganar-ganar.

Se recibió el apoyo del gobierno de turno y participaron los ministerios de Comercio y el Agropecuario, porque se tenía que crear una plataforma sobre la que este programa debía trabajar, a través de políticas de Estado que fueran promotoras del sector arrocero, tanto en el sector industrial como la parte productiva”.

¿Qué tanto hemos crecido?

A 10 años de haber iniciado el programa, Bejarano asegura que el sector ha logrado un crecimiento sostenido. “En el período 1999-2000, que fue la época del Huracán Mitch, el sector arrocero prácticamente estaba a punto de desaparecer por los daños climatológicos provocados por este fenómeno, además de las importaciones que existían de manera desordenada, que creaba una distorsión en el precio del arroz en los mercados locales y desestimulaba la producción del grano”.

Datos históricos del Ministerio Agropecuario y Forestal, Magfor, indican que en el año 2001 Nicaragua generó alrededor de 3.5 millones de quintales oro.

A diferencia del arroz granza, que es el que se cosecha directamente de la planta, conserva su cáscara y es conocido como soldado, el arroz oro ya pasó el proceso industrial para limpiarlo y dejarlo pulido. Se necesitan 1.65 quintales de arroz granza para obtener un quintal de arroz oro.

Desde que arrancó el PAPA, el sector registra un crecimiento sostenido de al menos el seis por ciento anual, con sus altos y bajos por efectos climatológicos, daños por plagas, entre otros.

El ciclo productivo 2009-2010 cerró con una producción global de 4.7 millones de quintales de arroz oro, lo que significa que en los  últimos 10 años, a nivel de país, la producción ha crecido aproximadamente el 35% que es equivalente a 1.2 millones de quintales. Bejarano detalló que en términos de productividad, el arroz de riego es el que más ha crecido.

Hay dos formas de producción de arroz, la de riego que tiene como fuente de agua los pozos, mientras que el arroz de secano utiliza como única fuente de agua, la lluvia, entonces es muy inestable la distribución de los inviernos y algunas veces cae demasiada o poco agua”, explicó.

El riego como motor del sector
Refirió que el sector de riego es más productivo y ha crecido a un ritmo sostenido porque tiene mayor acceso a la tecnología, una inversión superior, más acceso a los financiamientos y control de uno de los principales insumos para la producción, que es el agua.

Información estadística del Magfor, demuestra que el arroz de riego genera el 70% del total producido a nivel nacional. En 2009, el sector de riego generó tres millones 300 mil quintales, de los 4.7 que produce el país, la diferencia es producida por el arroz de secano.

En términos de área, este año hay sembradas 60 mil manzanas de arroz de riego. El total de siembras anuales de arroz que se producen en el país son 105 mil manzanas. El arroz de riego representa el 55% del total del área productiva, pero genera el 70% de la producción. En 2001, el arroz de riego abarcaba un área de siembra de 42 mil manzanas, es decir que su cobertura se incrementó en un 42%.

Hay dos factores por los que el riego tiene mayor participación en la producción, entre un 25 y 30% de mayor rendimiento con respecto al arroz de secano y la otra es que se siembra dos veces al año, en invierno y en verano. La producción de riego se divide en 30 mil manzanas en invierno y 30 mil en verano”. Relacionado al rendimiento del arroz de riego, de 45.93 quintales por manzana que lograban en el 2001, aumentaron 10 quintales, equivalente a un 20%.

Arroz de secano, una persistente tradición

Cuando en el 2001 inició el programa, la información del Magfor apunta que en términos de área, el arroz de secano abarcaba 78 mil manzanas, área que disminuyó hasta las 45 mil actuales. Sin embargo, los mismos datos destacan que en términos de rendimiento, ha crecido aproximadamente un 60%.

El buen rendimiento del arroz de secano tiene que ver con que los  productores que se han motivado a seguir produciendo, se han especializado más en el cultivo, han invertido más y han desarrollado sus sistemas productivos implementando nuevas prácticas de manejo, que involucran uso de semilla, contratar asistencia técnica y de una u otra manera subir sus rendimientos”

Bejarano señaló que el promedio de arroz de riego anda en los 70 quintales seco y limpio, mientras que el arroz de secano es de 50 quintales.

La amenaza de los costos

Para lograr esta producción, los arroceros de riego manejan una estructura de costos de un mil 400 dólares por manzana, según los datos del ciclo invierno 2010. Para los productores de arroz de secano, la ficha de egresos es de aproximadamente 700 dólares.

En estos momentos, por efecto del incremento del precio del petróleo, como nosotros utilizamos muchos fertilizantes que son derivados del petróleo y como los pozos bombean el agua utilizando motores de diesel o la energía eléctrica a través de los pozos, estamos sintiendo un incremento de 100 dólares, es decir que para este verano 2011, ya los costos de producción son de un mil 500 dólares. Además, los fertilizantes que se utilizan como urea, sulfato, entre otros, son derivados del petróleo, también subieron y el productor está resintiendo los aumentos”.

De acuerdo al último censo del Instituto Nacional de Información del Desarrollo, Inide, en Nicaragua existen 17 mil 167 productores de arroz. Según datos de la producción de verano 2011, hay aproximadamente 32 mil 5oo manzanas, siendo Chontales, Boaco, Malacatoya, Ochomogo, Río San Juan, San Isidro, Sébaco, Malpaisillo y La Paz Centro, las principales zonas productivas.

La brecha entre importación y consumo

El sector arrocero ha venido creciendo a un ritmo superior al seis por ciento. Actualmente la producción nacional tiene un 70% de participación en el consumo de la población  nicaragüense.

Hay un 30% de arroz importado en el consumo nacional. No estamos lejos de cubrir la brecha, siempre y cuando se mantengan las políticas del Gobierno dirigidas a la estimulación de la inversión en el sector arrocero, es decir, el sector productivo e industrial”.

Aún cuando el Gobierno mantenga la política de fomento para la producción de arroz, los efectos climáticos es una variable que incide directamente en la producción y además es algo que no se puede controlar. También están las plagas que pueden disminuir hasta un 40% los índices productivos.

Esperamos continuar con el crecimiento del 10%, pero no podemos decir que en determinado tiempo podemos llegar a ser autosuficientes. Si tenemos confianza que nuestros programas de investigación y mejoradores genéticos para proveer de buenas semillas a los productores, ayudarán, pero hay factores como el clima y las plagas que se salen de nuestras manos”.

Más allá de las estadísticas, Alberto, que es un pequeño productor de Malacatoya, sabe que para crecer, debe adaptarse a las nuevas tecnologías. Ahora que ya salió el sol, se dirige hacia su casa, contento de escuchar el sonido del motor del pozo funcionar.